domingo, 10 de octubre de 2010

Yo soy el Universo

“Yo soy el Universo”
Morihei Ueshiba

A primera vista, esta frase parece el fruto de los delirios de un ególatra. Yo soy el Universo, ni más ni menos. Sin parar a reflexionar, cualquiera podría decir que se trata de la máxima de los tiempos que nos ha tocado vivir, los tiempos del individuo encerrado en sí mismo, que mantiene con los demás relaciones únicamente instrumentales y que sólo piensa en su propio beneficio.

Pero, ¿qué pasa si le damos la vuelta? “Yo soy el Universo” es lo mismo que decir “El Universo soy yo”. Y eso es lo mismo que decir que cada persona, animal planta e incluso objeto del Universo forma parte de ti mismo. Y que cualquier daño que se les produzca a ellos, cualquier injusticia que se perpetre contra ellos, te afecta también a ti porque son parte de ti y tú eres parte de ellos.

El autor de esta frase, Morihei Ueshiba, fue el fundador del aikido (en japonés algo parecido a “camino de la armonía entre energías”), un arte marcial japonés no agresivo, y también fue un gran pensador. En nuestra cultura las artes marciales y la filosofía parecen incompatibles, porque en general solo entendemos las primeras como una forma de dominación sobre los demás, como una forma de imponerse por la fuerza sobre los otros.

Ueshiba, y por extensión el aikido, recibió una gran influencia del neosintoísmo. Es una religión oriental de corte animista, es decir, que presupone que todo tiene su propia alma. De ahí que tanto Ueshiba como el aikido predicaran sobre esa armonía de energías que comentaba antes.

En la práctica marcial, que tú seas el Universo y que el Universo seas tú tiene varias implicaciones. La primera de ellas es que tienes el derecho y el deber de defenderte ante un ataque. El ataque supone un daño contra ti, contra el Universo ya que eres parte de él y contra el propio atacante. El atacante también es parte del Universo, y si te produce algún daño a ti también se está produciendo un daño a sí mismo. Es decir, que los dos formáis parte de un mismo todo.

Esto nos conduce a la segunda implicación. Que dado que el que te ataca es parte de ti porque es parte del Universo, el derecho y el deber de defenderte no te permite hacerle daño. Sigue así la lógica de la no confrontación y la no resistencia, y busca aunar la energía del que ataca con la tuya propia para convertir el ataque en armonía.

Ayer debía haber sido el 70 cumpleaños de John Lennon, así que dejo una reflexión sobre la paz y la no violencia.

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